¿Piorrea o periodontitis?

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Dependiendo de la generación de la que seamos es posible que nos suene alguno de estos nombres. Ambas palabras se refieren a lo mismo: «la enfermedad de las encías«, pero ¿qué es realmente esa enfermedad? ¿se puede curar o incluso prevenir?

La periodontitis es un proceso inflamatorio e infeccioso de los tejidos que rodean al diente y que lo sujetan al hueso. Esta inflamación puede durar años sin que el paciente note mayor molestia que el sangrado al cepillarse, sin embargo las consecuencias finales son la movilidad del diente y terminar perdiendo esas piezas.

El sangrado es la primera señal de aviso y se denomina gingivitis, puede tratarse mediante limpiezas periódicas y una correcta técnica de cepillado.

Si no se toman medidas cuando empieza a aparecer la gingivitis ese sangrado e inflamación continuarán avanzando provocando:

  • Retracción de encías o sensación de diente más largo
  • Movilidad de los dientes
  • Aumento de la sensibilidad al frío y el calor
  • Sensación de quemazón o dolor en las encías
  • Mal aliento
  • Aparición de infecciones o flemones en las encías

Como hemos comentado, este proceso se va produciendo a lo largo de los años, sin embargo puede aparecer una evolución muy rápida en personas jóvenes que pueden perder sus dientes en tan sólo cinco años.

Suele ser una infección localizada exclusivamente en la boca, pero los pacientes con enfermedades sistémicas crónicas como la diabetes, enfermedades cardiacas o circulatorias, así como aquellos con problemas de inmunodepresión (pacientes con defensas bajas por tratamientos de cáncer, pacientes con SIDA) pueden encontrar en esta infección un problema muy grave si las bacterias se dispersaran por su sangre. SIEMPRE DEBE ADVERTIRSE AL ODONTÓLOGO CUANDO SE PADECE CUALQUIERA DE ESTÁS ENFERMEDADES pues muchas veces es necesario tomar antibióticos como medida preventiva.

Mediante las limpiezas profesionales y los consejos del dentista es posible controlar la enfermedad y paralizar el proceso destructivo en nuestro hueso, sin embargo, el tratamiento necesita de una importante constancia por parte del paciente pues la inflamación puede volver a aparecer. Los pacientes deben acudir a sus revisiones cada 6 meses y así minimizar el riesgo de reaparición.

 

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