La colocación de implantes dentales es un proceso “sencillo” en el que el paciente no siente dolor, se realiza con la misma anestesia que para un empaste , además, no supone ningún tipo de experiencia traumática. En la mayoría de los casos el paciente puede seguir con sus actividades habituales. Tras haber confirmado la intención de colocación de implantes dentales, se prepara todo para la implantación en una cita posterior.
Se pueden colocar de la forma tradicional, abriendo la encía y suturando después, o de forma atraumática a través de la encía con férula quirúrgica (obtenida a través de un TAC dental) o sin ella, de forma que no necesita puntos de sutura, no se hincha, no sangra y no suele doler.
Dependiendo de si el paciente opta por las técnicas tradicionales o modernas los plazos varían considerablemente.
Cada procedimiento quirúrgico es distinto, dependiendo de la situación clínica, así como de las preferencias del paciente y del dentista/cirujano.