Por qué son mejores los cepillos sónicos

El cuidado de la boca es una práctica que debemos desarrollar a lo largo de nuestra vida, por lo que es de vital importancia el tipo de cepillo que utilizamos. Para eso vamos a conocer las ventajas que nos ofrecen los cepillos sónicos respecto a los manuales y eléctricos.

Los cepillos sónicos tienen la capacidad de introducirse en las grietas que un cepillo de dientes normal no es capaz de alcanzar, aflojando la placa más allá de la punta del cepillo.

Un cepillo de dientes manual produce alrededor de 300 golpes por minuto y uno eléctrico normal produce entre unas 2.500 y 7.000 cepilladas por minuto, mientras que el cepillo de dientes sónico opera a una velocidad de más de 30.000 vibraciones por minuto, siendo capaz de energizar la saliva que rodea los dientes.

Los cepillos sónicos son suaves con los dientes minimizando muchos problemas comunes, permitiendo una limpieza superior en la zona interdental y eliminando mucha más placa que un cepillo manual.

El cepillo sónico cumple las mismas funciones que el resto de cepillos en cuanto al cepillado de dientes pero de manera más eficaz, además afloja y quita las bacterias de la boca, particularmente de la lengua.

Los cepillos dentales sónicos permiten dos funciones a la vez, tanto la acción de fregado convencional de las cerdas como la agitación vibratoria de fluidos orales causadas por la tecnología sónica. Esta combinación de los métodos de limpieza se deriva en una superficie de los dientes limpia y en una eliminación de la placa eficiente.

Este tipo de cepillos están recomendados para todo tipo de personas, pero sobre todo para los niños, a los que les puede proporcionar una motivación añadida a la hora de lavarse los dientes; para las personas que tengan aparatos de ortodoncia o condiciones bucales que dificulten el cepillado, como los dientes torcidos, porque es más eficiente y cómodo.